23 de enero de 2012

Entrevista a Javier Freites

En estos momentos me encuentro con Javier Freites, un abogado, político y comentarista de radio que trabaja en la emisora 99.7 FM (Radio Listín) para el programa “Tal Para Cual”, transmitido de lunes a viernes, de 7:00 am hasta las 9:00 am. Este programa es conducido por su padre, Alfredo Freites, y coproducido por nuestro entrevistado, que también participa en el mismo junto a los señores Pedro Tineo e Irving Vargas.

¿     Cómo empezó en la radio?

Empecé en la radio gracias a mi papá, que es periodista desde hace muchísimo tiempo. Para que tengas una idea, el cuatro de febrero “Tal Para Cual”, que es el programa del cual soy el coproductor y en el que participo, cumple veintiún (21) años en la misma frecuencia y a la misma hora que ha tenido desde el principio.
    
      ¿Qué lo impulsó a trabajar en la radio? Llegué allí básicamente por la insistencia y el deseo de expresar mi opinión en cuanto a mis intereses por la política. Me decían que esas mismas opiniones yo las podría expresar en la radio en vez de solamente decirlas en reuniones y grupos. Además, soy abogado, y el derecho y la comunicación crean un paralelismo, por momentos se encuentran. Un abogado es un comunicador.
     ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en la radio?

Llevo casi veintiún (21) años trabajando en la radio.
     ¿Cuál es el elemento principal con el que usted se comunica con el público?
Nosotros no somos interactivos. Recibimos en algunos momentos una que otra llamada departe de algún radioyente y nosotros por cortesía la atendemos, pero la materia prima del programa es el análisis, la opinión, el comentario, nisiquiera la entrevista. Aveces si llevamos gente, por ejemplo, hemos hecho el esfuerzo de ir llevando a los candidatos presidenciales al programa, pero eso no es parte de la dinámica del programa. La dinámica del programa es que hacemos una tertulia entre los que estamos. Obviamente, algunos somos usuarios de las redes sociales, pero básicamente como un elemento de promoción, no de interacción.
     ¿Cuáles ventajas cree usted que posee la radio y cómo las usa a su favor?
Bueno, la ventaja de la radio es que es un medio de comunicación muy fácil de acompañar a las personas, tú la puedes escuchar en tu teléfono, por ejemplo, o cuando estás manejando, y básicamente el que te oye es porque coincide contigo en el trayecto. Estoy casi convencido y es lógico que los programas de radio tienen mayor alcance que cualquier otro medio, por la facilidad. Te repito, tú la puedes escuchar en la computadora, en el teléfono, en tu carro, en tu casa… Esa es la ventaja competitiva como medio para enviar el mensaje. Además, la dinámica de la radio es quizás hasta más compleja, porque en televisión tú tienes un apoyo visual, pero en radio, si tú te callas dos minutos, hay un bache increíble, osea que tienes que mantenerte permanentemente conversando y, mantener la atención del otro sobre los temas que tú vas desarrollando, es un esfuerzo que requiere de un entrenamiento y eso tú lo vas adquiriendo a fuerza del tiempo. También, el costo de producir un programa de radio es menor al de la televisión, no es que producir no cueste en radio, pero es un costo diferente.

     ¿Cuáles aspectos en la radio dominicana considera usted deben ser mejorados a nivel general?
Entiendo que hay que recuperar el respeto por cómo se usa este medio de comunicación, no en temas ideológicos, sino en cómo se comunica el mensaje. Hay medios que han servido para degradar el lenguaje y se supone que el micrófono es un privilegio que tú tienes, y que tú debes un respecto tanto a la lengua o el idioma, como a los que te están escuchando. Por ejemplo, muchos de los programas de radio son escuchados padres que tienen hijos que también escuchan los programas de radio cuando los están llevando al colegio; qué ejemplo sería para ellos que las personas que están transmitiendo el mensaje usen expresiones malsonantes, que utilicen el espacio para irrespetar al género, para irrespetar las creencias de las personas, para irrespetar hasta sus preferencias sexuales. Lo que más necesita el medio es que haya un control de cómo se dicen las cosas y entender que hay temas y hay cosas que no se pueden tratar a cualquier hora, es decir, hay cosas que son de adultos que deben tratarse en un horario para adultos.
      Actualmente, ¿Qué le atrae sobre trabajar en la radio? ¿Es lo que usted esperaba al principio, o sus expectativas cambiaron?
Sinceramente no he reflexionado en ese sentido. Por un tema de intereses y gustos pues yo me vinculé al medio, no fue una idea que nació de mí, fue como una invitación que me hicieron y yo la acogí. Para mí ha sido muy normal y tranquilo, nunca lo vi como algo extraordinario, no sé si de deba a que toda mi vida he estado relacionado con los medios. La mayor expectativa que yo tengo es llevarle a la gente mi opinión sincera sobre lo que acontece, compartir mi visión del mundo, orientar desde mi humilde óptica, mostrarme como tú me ves ahora, sin ninguna estridencia, totalmente normal. Simplemente tengo un escenario donde me ven y me escuchan muchas personas, pero al final del día es una interacción. ¿Cuál es mi expectativa? Bueno, tratar de nunca ofender, ni maltratar, ni injuriar a nadie, de respetar las leyes, de orientar, no dejarme llevar por la pasión de cualquier hecho que me toque emocionalmente, tratar de llevar un pensamiento racional, de que sientan el respeto, pero sobre todo que yo no sienta que estoy actuando, sino que estoy siendo yo.
    ¿Qué tan difícil puede ser trabajar en la radio o conseguir un trabajo en este medio?
 Creo que lo difícil es la decisión. Si quieres entrar en radio, toca puertas. Aquí hay mucha gente que dan oportunidades, el interés es la medida de la acción. Ahora, entrar con un proyecto personal ya es más complicado, no le recomendaría nunca a nadie que no ha tenido experiencia previa a través de conocer lo que hacen otros, producen otros o dirigen otros, arrancar de cero porque puede ser muy frustrante, porque tiene sus complicaciones, especialmente con el tema de los anunciantes, que muchas veces te pagan tarde y tienes que pagar el arrendamiento de la hora. Es complicado.
      Por último, ¿Alguna experiencia que le haya marcado a lo largo de su experiencia trabajando en la radio?
Indudablemente he tenido muchas experiencias que me han marcado, de cosas que no debí decir, cómo las dije. Una vez tuve una situación en la que utilice expresiones referentes a una persona que podrían interpretarse como difamación, y cuando tú hablas de alguien siempre tienes que tener pruebas, si vas a hacer una acusación de algo, tienes que tener las pruebas. Aveces me he comportado como una persona totalmente desconocedora de esas reglas y normas, y eso, que soy abogado. Uno se deja llevar por la emoción del momento, y a lo mejor decimos cosas que quizá en el fondo sepamos que son ciertas, pero que no tenemos cómo comprobarlo sin pruebas. Acusar no es condenar, tú no puedes condenar a nadie; acusación es acusación, el que condena es el juez y, lamentablemente, en nuestro país se vive permanentemente irrespetando ese principio constitucional que es la presunción de inocencia, muchas veces por el rumor público. Otra cosa que me pasó fue que una vez llegué tarde y tenía un invitado, y ese invitado, con toda la razón, me hizo una observación que no se me olvida, es vergonzoso que alguien te llame la atención por llegar tarde, que él llegó primero que tú a tu espacio. Esto fue en televisión, en radio no puede pasar eso porque tú arrancas a una hora y es en vivo, en un programa grabado, si tú convocas a alguien a las 4:30 pm, tú tienes que estar a las 4:00 pm. Puedo decir que, de las cosas que más me han marcado son hacer opinión y acusar sin fundamento, sin tener la certeza o pruebas en mano, y luego el tema de la impuntualidad.

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